No sabíamos que necesitábamos esto hasta que lo vivimos.
En "ponle color a tus emociones", cada pincelada fue una forma de soltar, sanar y decir: "estoy aquí".
El ejercicio de relajación nos enseñó a respirar bonito en medio del caos.
Y el frappuccino… bueno, fue el abrazo final que necesitábamos.
¡Gracias por llenar de color y calma un espacio que ahora vibra diferente! Organizado por Bienestar Universitario con el apoyo de VRIS